El fin de una amenaza

Diez de ellas amenazaban con lastimarme sin que yo pudiera darme cuenta de lo sucedido, dos o tres de ellas lo lograron, provocando pequeñas heridas en mi rostro, ya crecidas emergian de las extremidades con filo desgarrador que al aplicar la fuerza adecuada causaban estragos en la piel

Decidi terminar con ellas mas sin embargo el arma destinada a exterminarlas no se encontraba en su lugar, estaba desaparecida, me embarque en una busqueda por encontrar ese instrumento que pondria fin a esta amenaza

Recuerdo que en innumerables ocasiones me acompaño en estas batallas, con una cierta ocurrencia cada mes, ellas volvian, estaban ahi presentes, siempre serias sin mostrar sentimiento alguno, siempre dispuestas a herir, a lo unico a lo que le temian era a mi arma de destruccion, era la unica que podria vencerlas, con una cualidad unica a resistir, igual a la mangosta al ser inmune al veneno de la cobra.

Cuando por fin pude liberar el arma de su encierro, me dispuse a eliminarlas unan por una, con su filo en dos secciones que al presionar cortaban con gran presicion equivalente a la presion ejercida sobre el objeto, una a una fueron cayendo hasta que solo quedo una la que sin decir nada, sin mostrar ningun rastro de terror, se preparaba para ser eliminada, con un certero corte cayo la ultima de ellas.

Gane una batalla, pero no la guerra se que ellas volveran una y otra ves, pero estare listo, ahora no olvidare de tener siempre a la mano el arma que cortara sus restos

Ahora no olvidare poner en un lugar accesible al mendigo cortauñas...